lunes, 27 de agosto de 2012

Visita de Servidores del Evangelio y Misioneros del Evangelio

Servidoras del Evangelio junto a Placa de Madre San Agustín

Dos hermosas y emocionantes visitas: la Hermanas Servidoras del Evangelio y los jóvenes Misioneros del Evangelio.



Con la Hermana Celina

En un mismo día tuvimos dos agradables acontecimientos que dejaron con mucha alegría a todas las Hermanas: por la mañana, sin previo aviso, se presentó un grupo de Hermanas Servidoras del Evangelio; dijeron que venían simplemente en visita de saludo y agradecimiento, ya que cuando ellas habían llegado a Buenos Aires, fueron las hermanas del Buen Pastor quienes las acogieron y ayudaron e incluso vivieron en la casa de Caballito hasta que se ubicaron en un lugar propio. 







Y por la tarde la sorpresa fue aun mayor:¡el mismo motivo: agradecer! Pero los dos grupos eran inconfundibles: Parece que la proverbial hospitalidad del BP se da en todos los tiempos; también ellos habían vivido un tiempo en nuestra casa; las hermanas desbordaban de alegría… y los jóvenes también! Eran los Misioneros del Evangelio.

Misioneros del Evangelio





Carta de agradecimiento de las Servidoras del Evangelio 

 

Querida hermana Ana María: 

Mil gracias por habernos brindado la oportunidad de haber estado en el convento, lugar para nosotros sagrado, lugar donde fuimos escuchando a Dios, su voz, su voluntad lo que él tenía pensado para nuestras vidas, lugar de discernimiento, de fraternidad, de acogida, donde se nos manifestaba la providencia de nuestro Dios de una manera hecha carne en ustedes, que fueron y son nuestra familia, quienes nos recibieron, recordando esto de la Palabra de Dios "Vino a los suyos y los suyos no le recibieron", con ustedes fue todo lo contrario, fuimos a ustedes y ustedes nos recibieron, le supieron reconocer a él, nuestro Señor en nuestras pobres vidas y ahora la expansión de nuestra comunidad y en esta historia donde siempre aparecen ustedes, el Convento del buen pastor que nos acompañará a lo largo de nuestra vida.

Gracias a nuestro Dios por el regalo de la Comunión, de la unidad, de la fraternidad y de hermanas como ustedes que hacen historia dentro de otras comunidades como la nuestra quizás sin darse cuenta.

Las tendremos muy presten en nuestras oraciones como lo hemos hecho a lo largo de estos años, pues ustedes junto con nuestro buen pastor son lo mejor que hemos tenido.

Con todo cariño Olivia una de las hermanas que viví allí y que ahora por gracia de Dios estoy en Colombia comunidad que fundamos hace casi cuatro años, mi Dios les pague por todo por que esta fundación es fruto de su entrega y de su fidelidad en aquellos momentos cuando más lo necesitábamos, recuerden que les van naciendo comunidades, hijos en otros países que nuestro Dios les siga regalando el don de la fraternidad.

Un fuerte abrazo y mil, mil gracias por las fotos.
Servidoras del Evangelio en la RUBP


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